La mayor parte de las tiroidectomías se realizan a través de una incisión horizontal en el cuello. El tamaño de la incisión varía en función del tamaño y la consistencia de la lesión tiroidea. En general con técnicas de Cirugía Mínimamente Invasiva, la incisión final tiene entre 2 y 3 cm. La localización de esta se decide en función de las características anatómicas del cuello, que pueden variar de un paciente a otro. Siempre que es posible se aprovecha un pliegue o arruga.

Se retiran los puntos a las 24 horas de la cirugía.